Siempre digo que lo importante es ganar, no participar. Lo importante es entrenar y prepararse para conseguir tu objetivo, porque no sirve de nada quedarse en el camino. Pero a vecez, las experiencias nos juegan malas pasadas, y te das cuenta de que las cosas no son exáctamente como tú pensabas.
Esta conversación la tuve con mi criado, y desde luego, cambió mi vida:
-Sam, ¿alguna vez me has visto fracasar en algo?
- Desde luego que no, señor.
- Soy un hombre de provecho, tengo varias empresas, tengo dinero a raudales, y una casa inmensa, por no nombrar la colección de coches y demás.
- Desde luego es un hombre con poder, jefe.
- Pero... ¿Me has visto sonreir alguna vez, Sam? ¿Has podido percibir algún atisbo de felicidad en alguna mueca esporádica, aunque sea, que haya podido aludir a un estado de ventura? Jamás, Sam. Y no entiendo por qué, hijo. Tengo todo lo que hubiera podido desear, jamás he fallado en nada, y me ha llovido la buena suerte del cielo. Siempre he conseguido lo que me he propuesto y he llevado mis sueños a la realidad con el mayor éxito sin la mayor dificulad. ¿Qué es lo que me falta, Sam? ¡Dímelo!
Sam me miró a los ojos y con un tono solemne y con convicción dijo:
- Señor... Tal vez la solución esté en perder de vez en cuando.
La tipografía es la ropa de las letras, y su sastre es el encargado de transformarlas en belleza. Crea letras, crea frases, crea líneas, crea párrafos, crea textos, crea libros, pero crea algo. No hay nada más maravilloso y locuaz que transmitir belleza con símbolos cicateros sin atractivo. ¡Escribe!
Si te enteras de que alguien está usando los textos de este blog como si fueran de su propiedad, te ruego que me lo notifiques para tomar las medidas oportunas. ¡Gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario